¿Experiencia digital o religiosa?

Fabiola Aponte Silva

Cada vez es menos relevante tener presencia digital, quizá porque resulta prácticamente obvio que estemos en alguna red social. Más allá de que no necesariamente «deba» ser así, creo que la discusión impostergable debe ser ¿qué tanto valor tiene nuestra marca en los canales digitales? ¿Existimos en las redes para llenar un espacio o para dejar huella?
La pandemia ha dejado grandes aprendizajes en este sentido. Ha sido momento de silenciar cuentas o de activar sus notificaciones para no perdernos de nada. También ha sido un espacio de confusión o silencio para algunas marcas, pero también el momento de trascender para otras. El punto de quiebre entre estar en un lado u otro, es la experiencia. Esa quimera que se debate entre el sentido común y el algoritmo.
Recientemente descubrí la iniciativa de Cheo, un músico venezolano, que en el medio del tedio del confinamiento, empezó a trasmitir Lives en Instagram para pinchar un rato con sus discos de vinilo y conversar con su comunidad. José Luis “Cheo” Pardo, (ex guitarrista de Los Amigos Invisibles) productor musical invita a sus amigos a su casa, y con el hashtag #casaecheo, arrastra a sus más de 40 mil seguidores a una rumba en su guarida para bailar, cantar y compartir entre ellos con una conexión que pocas veces había visto en una plataforma digital. Y sí, los participantes comparten entre ellos, y quizá esta sea una de las grandes diferencias con otras trasmisiones en vivo.
Cheo tiene una comunidad que interactúa entre sí y no sólo con él. Entonces, un grupo de venezolanos conectados por la nostalgia y la emoción de «sus vidas pasadas», se mete en el personaje, y vive esa fiesta olvidándose de que es virtual. Y hablan de usar tacones, comer tequeños, o bailar en la arena. Dependerá de la fiesta, que puede ser una boda, playera o una tipo loft para pasar el tiempo.
No todas las marcas puede hacer esto, pero sí pueden inspirarse para que con una buena estrategia y conexión con su comunidad, se acerquen a ella, para inspirar, educar, divertir o cualquiera que sea el objetivo de la marca. Esto puede lograrse al azar, es verdad, pero hablemos de lo que podemos controlar: la estrategia, de nuevo, ¡la estrategia!, única aliada para lograr la experiencia. Para conocer a quien le hablas, identificar cómo les puedes servir y finalmente, ofrecer una relación genuina y con esencia. Y si tienes suerte, tu comunidad estará como yo un viernes cualquiera a las 2:00 am., en #casaecheo viviendo mi experiencia religiosa digital, guardando todas sus playlist y activando las notificaciones para no perderme la siguiente sesión. Sí se puede, y la creatividad y la empatía aran el camino.

Fabiola Aponte Silva

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