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Reynaldo Armas y Cheo Hurtado, dos de los más grandes exponentes de la música venezolana, recibieron el título honoris causa por parte de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE) en el auditorio Magdalena de la casa de estudios, situada al oeste de Barquisimeto. Durante la ceremonia, ambos artistas agradecieron emocionados el honor recibido y reafirmaron su compromiso con la promoción y difusión de la música venezolana.   

«El término Honoris causa se refiere a un título honorífico que se otorga a una persona por sus contribuciones excepcionales en un campo determinado, aunque no haya completado los requisitos académicos formales para recibir tal título».

Reynaldo Armas, oriundo de Santa María de Ipire, estado Guárico, es uno de los cantantes más populares del género llanero en Venezuela. Desde muy joven comenzó a cantar y componer música, y ha grabado más de 40 discos a lo largo de su carrera. Además, ha sido reconocido por su labor como embajador de la cultura llanera en Venezuela y en el exterior.

Cheo Hurtado, por su parte, es un virtuoso del cuatro, un instrumento típico de la música venezolana. Nacido en Ciudad Bolivar, estado Bolívar, comenzó a tocar el cuatro a los ocho años y desde entonces ha dedicado su vida a explorar los sonidos y ritmos del folclore venezolano. Ha grabado varios discos como solista y ha colaborado con artistas de renombre tanto en Venezuela como en otros países.

Ambos artistas han dejado una huella imborrable en la cultura venezolana gracias a su talento, dedicación y amor por la música. El título honoris causa otorgado por UNEARTE reconoce su trayectoria artística y su aporte al desarrollo cultural del país.

La ceremonia de entrega de dicho reconocimiento contó con la presencia  de Reynaldo Armas y Cheo Hurtado junto a otras figuras, quienes celebraron este importante reconocimiento. 

«Es un honor recibir este reconocimiento por parte de una institución tan importante en el ámbito artístico y cultural», afirmó Reynaldo Armas. Por su parte, Cheo Hurtado destacó que «este título es un compromiso para seguir trabajando en la difusión y promoción de nuestra música».

Esta nueva credencial se suma a una larga lista de reconocimientos recibidos por Reynaldo Armas y Cheo Hurtado durante sus carreras. Ambos artistas han sido distinguidos con premios nacionales e internacionales, y su legado musical ha sido reconocido por diversas instituciones y organizaciones.

Sin duda alguna la música venezolana ha sido reconocida mundialmente gracias a la labor de este par de artistas, quienes han llevado los sonidos y ritmos del llano y del folclore venezolano a escenarios del planeta entero. Con este título honoris causa, UNEARTE reconoce el valor de su trabajo y su contribución al patrimonio cultural del país.

En resumen, el título entregado a estos colosos de la música venezolana es un merecido reconocimiento a su trayectoria artística y su aporte al desarrollo cultural. Dejando así una huella imborrable en la música venezolana, dejando a su paso un legado que seguirá inspirando a las futuras generaciones de artistas.

En tan sólo pocos minutos, Gregorio Montiel Cupello, periodista de reconocimiento nacional por su aporte a la cultura, la música, sus textos y trabajo audiovisual en una entrevista conducida por Carolina Marín en su programa Artmónico Radio (www.wtcradio.net), ofreció una pincelada de su nuevo libro, El Blues del Perdedor, quien a través de una investigación que abarca 6 décadas, se pasea por los discos, singles y un mar de metáforas que se convirtieron en canciones de culto, unas y otras, que solamente al verlas con lupa dan seña de su profundidad e irreverencia.

El ángulo de esta revisión documental ayudó a redescubrir estos temas, pues su propósito es reflejar el momento político de Venezuela y el contexto internacional, refiere Montiel Cupello y agrega que como punto interesante está la influencia primaria de la salsa que fue mutando posteriormente al rock. 

La protesta, sin duda, es inherente a la música indiferentemente de su género y es el rock el que más predomina en el texto como una manera de hacer un inventario de letras y postulados que durante todos estos años ha sido medio para protestar y proponer ideas. En palabras de Montiel Cupello “lo más lamentable de la música de protesta es que su mensaje sigue siendo vigente… y eso simplemente nos dice que nada ha cambiado o mejorado, la música no puede dejar de reflejar lo que pasa a su alrededor”.

Para el comunicador la consideración del tinte político o de la distorsión de la realidad  son válidos, tal vez en esa búsqueda de estimular la libertad de expresión bajo claves argumentales bien diseñadas y plasmadas, es así como auto cataloga su libro como un Libro nocomplaciente. Entre los mejores letristas de este estilo de comunicación, el autor menciona a tres grandes exponentes y letristas del pop y rock venezolano, como lo son: Pedro Vicente Lizardo “PTT”, vocalista de La Misma Gente, Horacio Blanco vocalista de Desorden Público y Henry D´Ardenay cantante de La Vida Boheme, destacándose por su poesía, capacidad interpretativa y gran manejo de la métrica, entre otras virtudes de las que están provistos.

Otra de las particularidades que tiene la distribución del libro El Blues del perdedor, es el hecho de que cumple con un fin social, pues su compra puede ser en efectivo o con su costo equivalente en medicamentos para personas que no cuenten con recursos. Además, entre los próximos proyectos de este melómano consumado está la posibilidad de conocer historias de grandes íconos de la música nacional, todo este trabajo producto durante años, a través de las entrevistas que estarán disponibles en las librerías y plataformas digitales, para completar el contenido que acerque a la génesis y desarrollo del rock en Venezuela.

Mi Caballo y Yo, Si le Doy un Beso y A Mi Me Late son los títulos que vienen para el presente año con un concepto innovador y de alta calidad visual del cantautor Teo Galíndez.   Durante el primer trimestre del 2023, este incansable artista ha trabajado en la producción de sus nuevos temas promocionales y en el videoclip para cada pieza. 

La búsqueda de complacer a su público con cada vez más de su arte en las distintas manifestaciones, ha llevado al ruiseñor cojedeño, a innovar en la manera de difundir sus canciones usando la vía del audiovisual con narrativas que no se han experimentado. 

Cada una de las piezas elegidas tendrá una historia que contar, vivencias del llanero que muchas veces usa a su caballo de confidente y en otras siente el deseo de apostar al amor, en definitiva Teo Galíndez trae una triada llena de amor y romanticismo.

La producción estuvo a cargo de Andrés Galíndez en la dirección y el equipo de Randolfo Blanco y la empresa Multienfoques, C.A. en una jornada maratónica que se desarrolló en los espacios de La hacienda La Calceta, con la colaboración de quienes allí laboran.

El cuatrista venezolano Jorge Glem se convierte en el cuarto músico venezolano en pisar la sala de NPR Tiny Desk en compañía del acordeonista y pianista estadounidense, Sam Reider, como una muestra de lo que será su próximo álbum, “Brooklyn Cumaná”.

Para los músicos de todo el mundo hablar de NPR Music representa una de las plataformas más importantes pues es ahí donde se muestra la mayor diversidad de expresiones culturales del planeta entero, enfocados en el respeto que cada uno de sus protagonistas merece. Durante años el concepto de este pequeño espacio se ha difundido en las plataformas digitales como un reconocimiento al trabajo de artistas con el talento y la experiencia que consolidan su alto valor en el medio artístico.

La primera artista venezolana en participar en estos conciertos, fue Betsayda Machado, la voz de Barlovento, junto con la parranda El Clavo, Maye la cantante pop radicada en EEUU y Mafer Bandola, esta bandolista larense con su agrupación, La Dama Project, que forman 4 artistas de distintas nacionalidades.

Glem quien fue nominado al Grammy con su agrupación C4 Trío, manifestó su emoción por medio de sus propias redes sociales el pasado 14 de febrero como un sueño materializado. El deseo de este cumanés, al igual que muchos otros, ha sido el de llevar las raíces folclóricas a cada rincón y al mismo tiempo demostrar las amplias capacidades del cuatro venezolano como instrumentos de acompañamiento y protagonismo melódico. 

Sam Reider por su parte, reconoció estas bondades en Jorge y en medio de una primera reunión informal donde aprendió el término “guataca” comenzó lo que él mismo denomina como una producción multicultural donde las bases musicales de las distintas latitudes a las que pertenece cada uno confluyen en un río de armoniosas aguas.

Sin duda alguna, muy pronto saldrá al público un proyecto Sui Generis donde no solo verán esta histórica presentación en Tiny Desk, sino también conocerán la fusión entre el bluegrass y folk de Estados Unidos con el merengue y el joropo venezolano junto a un cúmulo de invitados especiales.