Ciento veinte y nueve obras de tres maestros venezolanos del arte universal, Reverón,
Soto y Otero podrán apreciarse a partir del 28 de marzo y hasta el 10 de mayo, día del
Artista Plástico, en el Museo de La Cultura de Carabobo.

Estos artistas aunque de orígenes, influencias y técnicas distintas, han llevado su
singular visión al mundo del arte desde Venezuela a escala mundial. Con ello, se han
convertido tanto en figuras destacadas de movimientos revolucionarios como pioneros
de nuevos medios que cambiarían el curso del arte moderno, sus obras han sido
exhibidas en los más importantes museos del mundo.

Armando Reverón, por su carácter exótico, genialidad, excéntrico y primitivo,
fue conocido como «El Loco de Macuto»

Armando Reverón, considerado uno de los grandes maestros en la historia de las artes
plásticas del país, estudió en la Academia de Bellas Artes de Caracas y, gracias a una
beca, siguió estudios en España y tuvo la oportunidad de visitar París. A lo largo de su
vida, su obra se nutrió de distintas técnicas y le interesaron temas sobre la naturaleza, la
figura humana, el retrato y autorretrato, el arte textil y construyó el Castillete en
Macuto, su vivienda y obra de vida fundamental. Parte de sus obras forman la colección permanente del Museo de Bellas Artes y la Galería de Arte Nacional de Caracas. Es un orgullo saber también, que el Museo de Arte Moderno Reina Sofía, en España, exhibe una obra de este gran maestro.

Por otro lado, Jesús Soto, artista que se apegó al modernismo de vanguardia
inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial y a fines de la década de 1960
se había dado a conocer como un líder en arte óptico y cinético, con obras que fueron
notables por sus ilusiones de vibraciones sensoriales.

Jesús Soto junto con Carlos Cruz Diez y Alejandro Otero son los grandes representantes
del cinetismo en Venezuela.

Alejandro Otero, nació en el estado Bolívar, en 1921, parte de sus estudios los realizó
en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, al culminar sus estudios
viaja a París y en 1950 fue miembro fundador del grupo Los Disidentes y de la revista
del mismo nombre, en la cual se atacaban las actitudes conservadoras del arte
venezolano. En París comenzaría su trabajo dentro de la línea abstraccionista.

Otero creó los Coloritmos, pinturas en formatos rectangulares, hechas con laca sobre soportes de madera o plexiglás, su idea fue atraer al espectador a un proceso constructivo donde los ritmos y los espacios se confunden.


Artmónico prensa